Consejos prácticos para el ahorro de agua.

1.- Coloca dos botellas llenas dentro de la cisterna y ahorrarás de 2 a 4 litros cada vez que la uses. No emplees el inodoro como papelera.

2.- Cierra el grifo al lavarte los dientes o afeitarte, puedes ahorrar hasta 10 litros.

3.- Duchate en vez de bañarte, ahorrarás 150 litros.

4.- Arregla con urgencia las averías de grifos y cañerías. Un grifo que gotea pierde 30 litros diarios.

5.- Riega al anochecer para evitar pérdidas por evaporación ¡ las plantas te lo agradecerán !

6.- Llena la lavadora y el lavavajillas, es donde más agua se gasta. El agua del segundo aclarado puedes emplearla para regar tus plantas.

7.- No uses las duchas de las playas, es un lujo superfluo e innecesario que debes hacer saber a tu ayuntamiento.

8.- No abuses de la lejía, rompe el equilibrio bacteriano de las depuradoras dificultando su trabajo. Utiliza detergentes ecológicos, sin fosfatos.

9.- Escoge plantas autóctonas para tu jardín y tiestos, consumen menos agua y dan mucho menos trabajo que las plantas exóticas, además atraen a mariposas y no exigen el uso de productos químicos para su mantenimiento.

10.- Coloca difusores y demás mecanismos de ahorro en los grifos, aprovecharás mejor el agua reduciendo su consumo.

Sólo el 2,8 % del agua de nuestro planeta es dulce y tan sólo el 0,01 % se encuentra en lagos y ríos ¡ NO LA MALGASTES !

Las “3R” ecológicas: reducir, reutilizar y reciclar

Las “3R” ecológicas: reducir, reutilizar y reciclar

Las “3R” de la ecología, Reducir, Reutilizar y Reciclar, dan nombre a una propuesta fomentada inicialmente por la organización no gubernamental GreenPeace, que promueve 3 pasos básicos para disminuir la producción de residuos y contribuir con ello a la protección y conservación del medio ambiente. El concepto de las “3R” pretende cambiar nuestros hábitos de consumo, haciéndolos responsables y sostenibles. Para ello, se centra en la reducción de residuos, con el fin de solventar uno de los grandes problemas ecológicos de la sociedad actual.

Como se ha publicado recientemente, en nuestro país, la producción total de residuos urbanos se sitúa en torno a los 25 millones de toneladas, cifra que equivale aproximadamente a 464 kilos al año por habitante, y de los cuales solo se recicla o utiliza para compostaje un 27%, lo que nos sitúa 15 puntos por debajo de la media europea. Desde el punto de vista medioambiental, y como han venido reclamando muchas organizaciones, estos datos son alarmantes y su sostenibilidad a medio plazo es prácticamente imposible. Así, la implantación social de los hábitos de Reducción, Reutilización y Reciclaje, acompañada de un cambio de mentalidad drástico y generalizado, se plantea como el único camino posible para una disminución considerable de las cifras antes mencionadas.

La primera de las “3R”, Reducir, recoge quizás la parte más obvia de la teoría, si reducimos nuestro consumo, tanto energético como de bienes materiales, estamos reduciendo también el problema. De este modo, la finalidad es disminuir el gasto de materias primas, agua y bienes de consumo, así como el aporte de CO2 a la atmosfera y el consumo de energía (tanto la destinada a la creación de un producto como a su transporte y distribución).

A nivel práctico, los consejos son sencillos: comprar menos y aplicar ciertos criterios a la hora de elegir lo que compramos, comprobar el lugar de procedencia y dar prioridad a los productos que han sido elaborados más cerca de nosotros; escoger productos cuyo proceso de embalaje o envoltorio no sea excesivo o esté fabricado con materiales que puedan ser reciclados con mayor facilidad; sustituir las bolsas de plástico de la compra por bolsas de materiales reutilizables que se puedan emplear en futuras ocasiones y finalmente descartar o disminuir en lo posible el uso de plásticos.

A continuación, el hábito de Reutilizar nos anima a tratar de alargar la vida útil de un producto, esto es, antes de tirarlo y sustituirlo por uno nuevo, debemos buscar el modo de repararlo o, de no ser posible, darle otro uso antes del final de su vida. Afortunadamente, la red está repleta de ideas, algunas muy creativas, orientadas a cambiar la mentalidad del “usar y tirar”, ideas que, además, no ayudan solo al medio ambiente, sino también a nuestro bolsillo.

La reutilización no atañe simplemente a productos manufacturados, ya que puede, y debe, aplicarse también a los recursos naturales. Por ejemplo, el agua que utilizamos para lavar verduras y frutas o el agua que nos sobra después de beber, se puede destinar para regar las plantas o incluso fregar el suelo. Del mismo modo, dando un paso más y poniendo más medios, las aguas procedentes de los desagües de lavadoras, bañeras o fregaderos, serían, tras la aplicación de un simple tratamiento, perfectas para el riego de zonas verdes o el uso en cisternas, así como para limpieza de exteriores.

La última R, el Reciclaje se basa en tratar los desechos con el fin de obtener nuevos productos, preservar materiales potencialmente útiles y evitar así el daño medioambiental que conlleva su eliminación (gases y otras sustancias tóxicas). La práctica del reciclaje tiene múltiples vertientes y su aplicación abarca desde sencillos hábitos domésticos hasta complejas regulaciones de orden internacional.

A nivel individual, está en nuestra mano seleccionar y separar los desechos que generamos en el hogar, es decir, utilizar los ya conocidos contenedores amarillos, verdes, azules y grises para depositar metales y plásticos, papel, cartón y derivados, vidrios, envases y desechos orgánicos.

En los últimos años, gracias a campañas de concienciación, talleres, distribución de material explicativo y adecuación de infraestructuras, tanto en ámbitos urbanos como rurales, la segregación de basuras a nivel doméstico se ha convertido en una práctica fácil de llevar a cabo y todos sabemos de la importancia de nuestra participación en esta primera y esencial fase del proceso.

Una vez segregados los desechos, diferentes entidades locales y nacionales trabajan en conjunto a través de plantas de transferencia, clasificación y valoración de residuos para optimizar el consumo de energía y preservar los recursos naturales.

El reciclaje funciona en cadena y por ello, el simple hecho de tirar nuestra basura en un contenedor u otro es básico para poder disfrutar de los beneficios energéticos obtenidos en el proceso de reciclaje de vidrio e incluso hacernos sonreír al saber que la reutilización de una tonelada de papel salva la vida de 17 árboles.

En definitiva, Reducir, Reutilizar y Reciclar son tres acciones sencillas, tan fáciles como necesarias. Los hábitos de vida sostenibles y su práctica generalizada no son solo nuestra responsabilidad como habitantes del planeta, o nuestra aportación para paliar los daños que le ocasionamos; también, y sobre todo, son el único modo que tenemos para preservar, y por lo tanto disfrutar de nuestro entorno. Por ello, quizás es el momento de dar el siguiente paso en el cambio de mentalidad y aprender a ver que cuando llevamos a cabo las “3R” no somos nosotros quienes damos, lo que hacemos es recibir.

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Costosas multas en California para quienes desperdicien el agua

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Las autoridades de California hallaron una manera de evitar que los ciudadanos desperdicien el agua y cuiden los recursos naturales: 500 dólares de multa para aquellos que utilicen el líquido elemento para fuentes, regar el césped o en el lavado del automóvil, entre otras cosas. La decisión la tomó la Junta de Control de Calidad del Agua del Estado, luego de realizar un estudio que mostró que las medidas para disminuir el consumo de agua no lograron la reducción del 20% en el uso indiscriminado que había solicitado el gobernador Jerry Brown.

Por el contrario, los resultados del estudio destacaron que el consumo en California aumentó un 1% en mayo pasado, en comparación con el mismo mes del año pasado. “De cada uno en el Estado se espera que avancen en este sentido y al menos no desperdicien agua”, señaló Felicia Marcus, de la Junta de Control de Calidad.


Las nuevas regulaciones aprobadas por la Junta prohíben el desperdicio de agua en tareas como el riego de plantas, que termina escurriéndose por la acera y las calles. Lo mismo ocurre con el lavado de los automóviles en las calles, o el uso en bebederos o fuentes decorativas.“Cuando las comunidades a través del Estado experimentan estas dificultades, lo menos que podemos hacer es no desperdiciar agua en tareas como el riego de nuestros jardines y utilizar otros métodos (como las mangueras de riego automáticas)”, agregó Marcus.

Por el momento, las reglamentaciones no están dirigidas a la utilización de agua en el interior de los hogares, como el lavado de indumentaria, vajilla y utensilios de cocina, entre otras cosas. De todos modos, bajo el nuevo proyecto se continuará permitiendo al Departamento de Obras Públicas de San Francisco la utilización de agua para la limpieza de las aceras. También se podrá destinarla para la limpieza en cuestiones vinculadas a la Salud (en hospitales).


El resto de las compañías que no respeten las medidas, podrían ser penadas con hasta 10.000 dólares de multa. La medida no fue bien recibida en general por los habitantes de uno de los principales Estados de la Unión. “No es razonable, ni es racional”, expresó Jim Gamble, residente de Sacramento. Gamble, que tiene una empresa de limpieza de cristalería, está preocupado ya que corre peligro su medio de vida. “Si no puedo acceder al agua como quiero, no puedo obtener la presión que necesito”, explicó. “Si esto sigue adelante, no podré poner comida en la mesa de mis hijos”, agregó.

http://noticias.masverdedigital.com/2014/eeuu-costosas-multas-en-california-para-quienes-desperdicien-agua/